El conflicto, los desplazamientos y las enfermedades producen un aumento alarmante de la inseguridad alimentaria y la malnutrición en algunas zonas de Sudán del Sur

De la Oficina de la FAO en Sudán del Sur

©FAO/Mayak Akuot

Una agricultora con sus dos hijos prepara una comida utilizando una estufa de bajo consumo de combustible en el condado de Nasir, estado del Alto Nilo, Sudán del Sur.

©FAO Photo/ Mayak Akuot

12/06/2025

Yuba (Sudán del Sur). La población de dos condados de Sudán del Sur corre el riesgo de padecer hambruna en los próximos meses, a medida que se agrava el conflicto en el estado de Alto Nilo con la consiguiente destrucción de hogares, la perturbación de los medios de vida y la obstaculización del suministro de ayuda humanitaria. 

En la última actualización de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF) se muestra un deterioro de las condiciones en materia de alimentación y nutrición en las zonas de Sudán del Sur afectadas por los combates en los últimos meses. En el estado de Alto Nilo, la población de 11 de los 13 condados se enfrenta actualmente a niveles de emergencia de hambre. 

La situación de los condados de Nasir y Ulang suscita gran preocupación en Alto Nilo, pues se considera que la población corre el riesgo de padecer hambruna si se cumplen las peores previsiones. En estas zonas se registran intensos enfrentamientos y bombardeos aéreos desde marzo, lo que ha provocado desplazamientos a gran escala. Unas 32 000 personas padecen hambre en grado de catástrofe (Fase 5 de la CIF) en el estado de Alto Nilo, más del triple de la proyección anterior. 

Se han observado mejoras en otras zonas del país que se han librado del conflicto: su clasificación de seguridad alimentaria ha pasado del grado de emergencia (Fase 4 de la CIF) al grado de crisis (Fase 3 de la CIF), lo que se asocia en algunas zonas a una mejor producción de cultivos y en otras a intervenciones humanitarias sostenidas. Esto pone de relieve los efectos positivos que la estabilidad puede tener en la seguridad alimentaria. 

No obstante, 7,7 millones de personas (el 57 % de la población) siguen enfrentándose a una inseguridad alimentaria aguda (Fase 3 o superior de la CIF), y en los últimos años ha habido focos persistentes de hambre en grado de catástrofe (Fase 5 de la CIF) en Sudán del Sur, con el conflicto como factor determinante. La última vez que se confirmó la situación de hambruna en Sudán del Sur fue en 2017. 

“Sudán del Sur no puede permitirse caer en un conflicto en este momento. Ello sumiría a comunidades ya vulnerables en una situación de inseguridad alimentaria grave y provocaría hambre generalizada, al impedir que los agricultores trabajen en sus tierras”, señaló el Sr. Meshack Malo, Representante de la FAO en Sudán del Sur. “El avance de la Fase 4 a la Fase 3 de la CIF en 10 condados demuestra de forma evidente los dividendos de la paz”. 

El acceso humanitario a las zonas afectadas por el conflicto sigue siendo muy limitado, lo que impide a las comunidades vulnerables recibir apoyo vital durante el período de escasez en el contexto actual de conflictos y desplazamientos. En el informe también se señaló que el 66 % (1,04 millones de personas) de la población del estado de Alto Nilo padece actualmente hambre en grado de crisis (Fase 3 de la CIF), en grado de emergencia (Fase 4 de la CIF) o en grado de catástrofe (Fase 5 de la CIF). 

“Una vez más, estamos observando los devastadores efectos del conflicto en la seguridad alimentaria de Sudán del Sur”, apuntó la Sra. Mary-Ellen McGroarty, Directora en el País y Representante del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA) en Sudán del Sur. “El conflicto no solo destruye hogares y medios de vida, sino que también fragmenta comunidades, interrumpe el acceso a los mercados y dispara los precios de los alimentos. Si bien la paz a largo plazo es esencial, ahora mismo es fundamental que nuestros equipos puedan acceder a los alimentos y distribuirlos de forma segura a las familias atrapadas en el conflicto de Alto Nilo, a fin de sacarlas del abismo y prevenir la hambruna”. 

En el marco de un brote de cólera, la malnutrición también aumenta entre los niños y las madres, y otros tres condados de los estados de Alto Nilo y Unidad han alcanzado los niveles más críticos de la clasificación de la malnutrición. El número de niños en riesgo de padecer malnutrición aguda en Sudán del Sur ha aumentado a 2,3 millones, frente a los 2,1 millones de principios de año, una cifra ya sin precedentes. 

“Las proyecciones más recientes indican que otros 200 000 niños pequeños presentan un alto riesgo de sufrir malnutrición. Tanto las continuas dificultades de acceso a algunas de las zonas más afectadas como el cierre de centros de salud y nutrición reducen las posibilidades de intervención y tratamiento tempranos. Además, el brote de cólera se ha sumado a una situación ya de por sí complicada, y somete las vidas de los jóvenes a una lucha precaria por la supervivencia”, señaló la Sra. Noala Skinner, Representante del UNICEF en Sudán del Sur. “Ahora más que nunca necesitamos continuidad y la ampliación de los servicios de prevención y tratamiento de la malnutrición”, añadió. 

A medida que el conflicto, los desplazamientos y las enfermedades siguen convergiendo, los organismos humanitarios advierten de que el momento de actuar transcurre rápidamente para los miles de familias de Alto Nilo que se encuentran al borde de la catástrofe. 

El informe completo de la CIF está disponible en su sitio web. 

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