Las perspectivas sobre los principales cultivos señalan un nivel holgado de la oferta mundial
Vacas en Ecuador
©FAO/Heriberto Araujo
Roma. De acuerdo con el nuevo informe publicado el viernes por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el indicador de referencia de los precios mundiales de los productos alimenticios disminuyó ligeramente en septiembre, a causa de las caídas registradas en los índices de precios del azúcar y los productos lácteos.
El índice de precios de los alimentos de la FAO, que hace un seguimiento mensual de los precios internacionales de un conjunto de productos alimenticios comercializados a escala mundial, se situó en septiembre en un promedio de 128,8 puntos, frente al nivel revisado de agosto de 129,7 puntos. La lectura de septiembre representa un incremento del 3,4 % respecto de hace un año.
El índice de precios de los cereales de la FAO disminuyó un 0,6 % desde agosto. Los precios internacionales del trigo descendieron por tercer mes consecutivo ante la atonía de la demanda internacional y la confirmación de abundantes cosechas en los principales países productores. También bajaron los precios mundiales del maíz, a raíz de los pronósticos de abundantes suministros, así como a causa de la suspensión temporal de los impuestos a la exportación de cereales en la Argentina. El índice de precios de la FAO para todos los tipos de arroz cayó un 0,5 % al incidir en el mercado la menor cantidad de órdenes de compra por parte de los compradores en África y Filipinas.
El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO descendió un 0,7 % en septiembre, ya que la subida de los precios de los aceites de girasol y colza se vio compensada con creces por la bajada de las cotizaciones de los aceites de palma y soja, en parte como resultado, en el primer caso, de la gran cantidad de reservas en Malasia y, en el segundo, de la abundante oferta para la exportación en la Argentina.
Por el contrario, el índice de precios de la carne de la FAO aumentó un 0,7 % respecto de su nivel revisado de agosto y alcanzó un nuevo máximo histórico, con un incremento del 6,6 % respecto del año precedente. El alza obedeció a la subida de los precios mundiales de las carnes de bovino y ovino, mientras que las cotizaciones de las carnes de cerdo y aves de corral se mantuvieron mayormente estables. Los precios de la carne de bovino subieron hasta alcanzar un máximo histórico, respaldados por la fuerte demanda en los Estados Unidos de América, donde la escasez de suministros nacionales y una diferencia favorable entre los precios siguieron fomentando las importaciones.
El índice de precios de los productos lácteos de la FAO disminuyó un 2,6 % en septiembre. Las cotizaciones mundiales de la mantequilla cayeron un 7,0 %, a lo que contribuyó en parte la disminución de la demanda de helados en el hemisferio norte y las perspectivas de aumento de la producción en Oceanía. Las cotizaciones de la leche en polvo descendieron principalmente a causa de la atenuación de la demanda en los principales países importadores y el aumento de la competencia entre los países exportadores. Los precios del queso disminuyeron solo levemente.
El índice de precios del azúcar de la FAO disminuyó un 4,1 % desde agosto, con lo que alcanzó su nivel más bajo desde marzo de 2021. La caída se debió a que la producción de azúcar en el Brasil fuera mayor de lo previsto y a las perspectivas favorables sobre las cosechas en la India y Tailandia, tras las abundantes precipitaciones monzónicas y la ampliación de la superficie sembrada.
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Los nuevos pronósticos apuntan a un aumento de la producción, la utilización, las reservas y el comercio de cereales
La FAO también dio a conocer el viernes sus pronósticos actualizados acerca de la producción mundial de cereales en 2025, cuyo total ahora se cifra en 2 971 millones de toneladas, lo que supone una subida del 3,8 % respecto del nivel del año pasado y el mayor crecimiento anual desde 2013.
En la nueva Nota informativa sobre la oferta y la demanda de cereales, las revisiones al alza se atribuyeron a las perspectivas de aumento de la producción de todos los cultivos. Se esperan aumentos notables en los casos del trigo en Australia, el maíz en los Estados Unidos de América y el arroz en la India.
Según el pronóstico actual, la utilización total de cereales a nivel mundial en 2025/26 ascenderá a 2 930 millones de toneladas, con abundantes suministros disponibles tanto para el consumo humano como para su uso como pienso.
El pronóstico indica que las reservas mundiales de cereales al cierre de las campañas que finalizan en 2026 aumentarán, ubicándose en 900,2 millones de toneladas, y que las reservas mundiales de arroz alcanzarán posiblemente un máximo histórico. Se prevé que el coeficiente reservas-utilización de cereales a escala mundial en 2025/26 permanecerá prácticamente invariado, en un 30,6 %, con unas perspectivas mundiales que siguen indicando un nivel holgado de la oferta.
Los nuevos pronósticos de la FAO apuntan a que el comercio internacional de cereales, que ahora se estima alcanzará los 497,1 millones de toneladas, experimentará un incremento anual del 2,5 %. La subida se debe al notable crecimiento previsto para el comercio mundial de trigo, mientras que se espera que el comercio internacional de arroz descenderá a raíz de la disminución de la demanda por parte de los países asiáticos y africanos, como consecuencia de las buenas cosechas locales y las cuantiosas compras realizadas en 2025.
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El Sistema de información sobre el mercado agrícola (SIMA), que alberga la FAO, también publicó el viernes su boletín mensual sobre el mercado, Market Monitor. Además de aportar información periódica actualizada sobre los mercados, en el informe se incluye un examen de las perspectivas sobre la producción de amoníaco con bajo contenido de carbono para fertilizantes.
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