La comunicación de la FAO conlleva que, por primera vez, un lugar de Asia central obtiene la designación de Sistema importante del patrimonio agrícola mundial (SIPAM).
Agricultores trabajando en el valle de Almosi, Tayikistán.
©FAO/Nozim Kalandarov
Roma - Un sistema agropastoril integrado de montaña en Tayikistán se ha convertido en la primera incorporación de Asia central a los Sistemas importantes del patrimonio agrícola mundial; a esa designación se suman el reconocimiento de un sistema agroforestal de pinos y un sistema de pesca tradicional con bambú en la República de Corea y de un sistema agrosilvopastoril en Portugal.
“A medida que se extiende a nuevas regiones y países, la red SIPAM demuestra una vez más su papel distintivo en la divulgación de sistemas agrícolas que promueven tradiciones sustentadas por las comunidades y formas de ejercer sus medios de vida en armonía con la naturaleza”, afirmó el Sr. Kaveh Zahedi, Director de la Oficina de Cambio Climático, Biodiversidad y Medio Ambiente de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). “Conforme afrontamos la crisis climática y la pérdida de biodiversidad, la contribución de los métodos ancestrales para fomentar la resiliencia y utilizar la biodiversidad de forma sostenible cobra aún más importancia a la hora de transformar nuestros sistemas agroalimentarios para estar a la altura de los desafíos”.
Los sistemas fueron designados de manera oficial en el marco como parte de este programa emblemático de la FAO durante la reunión del Grupo Asesor Científico del SIPAM, celebrada los días 7 y 8 de julio de 2025. Con las recientes incorporaciones, la red del patrimonio agrícola mundial de la FAO ya engloba 99 sistemas de 29 países en todo el mundo. Además del primer sistema designado en Tayikistán, los otros sistemas recién designados elevan el número en la República de Corea a nueve y en Portugal a dos.
En vista del interés creciente en todo el mundo, las designaciones del SIPAM superarán el centenar cuando tenga lugar la ceremonia de entrega de certificados, el 31 de octubre, en el marco de las celebraciones del 80.º aniversario de la FAO.
Sistema agroforestal de pinos de Uljin (República de Corea)
Las comunidades agrícolas de esta zona oriental del país han desarrollado un sistema agroforestal singular basado en el pino, adaptado al terreno montañoso y al clima costero. Durante generaciones, los bosques de pino rojo del Japón (Pinus densiflora) se han gestionado de manera conjunta con la apicultura, la recolección de setas, los cultivos de secano y la producción tradicional de sal.
El bosque de pinos da sustento a más de 300 especies, entre las que se hallan plantas silvestres comestibles, hongos y polinizadores vitales para la salud del ecosistema. La estructura forestal ofrece protección contra la erosión, regula los microclimas y estabiliza las laderas de las montañas.
La gestión de los bosques de pinos comprende técnicas tradicionales como la extracción de resina, la prevención de incendios mediante la limpieza del sotobosque y el raleo selectivo para mejorar la sanidad forestal.
Sistema de pesca tradicional con encañizada de bambú (Jukbangryeom) en el estrecho de Jijok (República de Corea)
En el sistema Jukbangryeom, empleado en las aguas de marea del estrecho coreano de Jijok, se utiliza la encañizada de bambú para pescar anchoas sin consumir combustible, sin capturas incidentales y sin dañar el hábitat. Este método, que se practica desde hace siglos, refleja los conocimientos ecológicos tradicionales y un estilo de vida costero semiagrícola. Gracias a este sistema, que apenas tiene repercusiones, se mantiene la biodiversidad y se preservan los medios de vida y la identidad cultural en armonía con la migración de los peces.
Los pescadores locales utilizan un sistema de trampas pasivas con estructuras fijas colocadas perpendicularmente a la corriente de la marea para guiar a los peces hasta las cámaras de contención. El uso documentado de esta técnica, que se caracteriza por un grado elevado de selectividad, se remonta a más de 500 años atrás.
El sistema sirve de apoyo a los pescadores en pequeña escala, los mercados locales, las industrias de secado de anchoas y las cooperativas de elaboración dirigidas por mujeres. Coexiste con la vida marina sin perturbar las rutas migratorias, los lugares de reproducción y los ecosistemas de los fondos marinos.
Sistema agrosilvopastoril del Montado da Serra de Serpa (Portugal)
En el sur de Portugal, el Montado da Serra de Serpa destaca como uno de los sistemas agrosilvopastoriles más antiguos de Europa, donde la ordenación de los bosques de alcornoques y encinas se lleva a cabo con una extraordinaria conciencia ecológica. Gracias al pastoreo extensivo y de baja intensidad, los cultivos de secano y el manejo forestal, las comunidades han configurado un paisaje multifuncional que preserva la biodiversidad, sustenta las economías rurales y encarna un modelo mediterráneo de resiliencia al clima y restauración de la tierra.
El sistema alberga una rica fauna silvestre: más de 120 especies de aves, hongos de bosque y especies amenazadas como el lince ibérico y el buitre negro.
La cubierta arbórea reduce la erosión, mejora la retención de agua y almacena carbono en el suelo y la biomasa. La actividad en este monte claro, integrado con cereales, leguminosas, pastos, apicultura y pastoreo extensivo de ovejas y cabras, genera ingresos procedentes del corcho, la carne, la miel, las hierbas, los hongos y el turismo de naturaleza.
El Montado ha recibido el reconocimiento de sistema agrario de alto valor natural de la Unión Europea, una designación que se otorga a los territorios agrícolas de baja intensidad que mantienen una gran biodiversidad y contribuyen a los objetivos del clima y de conservación.
Sistema agropastoril integrado del valle de Almosi adaptado a las condiciones de montaña (Tayikistán)
El sistema agropastoril integrado combina la trashumancia estacional de ovejas con el cultivo de uva, cereales, huertos y hortalizas a lo largo de paisajes montañosos abruptos. Forjado durante siglos, respalda la seguridad alimentaria y de los medios de vida, conserva la agrobiodiversidad y preserva el patrimonio cultural. Además, está arraigado en conocimientos ancestrales y sustenta a comunidades resilientes que se enfrentan a la erosión del suelo, la escasez de agua y la variabilidad del clima.
El valle alberga diversos ecosistemas y una amplia gama de cultivos y ganado, que incluyen variedades autóctonas de trigo, cebada y hortalizas, y la raza ovina local hissar. La uva rosa Taifi Hisori se considera de vital importancia para la identidad del valle, es apreciada por su calidad y elaborada para obtener pasas, jarabe (shirini), zumo y vino.
La agricultura se basa en prácticas ancestrales, como la plantación en fajas, la fertilización orgánica, el calendario muchal, la agricultura orientada en función de las señales ambientales y los antiguos métodos de riego para conservar el agua.
La gestión comunitaria se coordina a través de comités de mahalla (barrio), explotaciones agrícolas familiares, cooperativas y explotaciones colectivas, lo que garantiza la transmisión de conocimientos, el uso compartido de los recursos y la continuidad cultural.
Oficina de Prensa, FAO (+39) 06 570 53625 [email protected]