El Director General anuncia que la FAO acogerá la Iniciativa climática Harmoniya de Bakú para los agricultores
El Director General de la FAO, QU Dongyu, se dirige a un evento sobre políticas climáticas durante la Asamblea General de la ONU.
©FAO/Roberto Schmidt
Nueva York - Emprender acciones por el clima a través de los sistemas agroalimentarios representa una oportunidad única para abordar diversos desafíos de ámbito mundial y local al mismo tiempo, por lo que es imperativo que los actores de todo el mundo pongan en común sus experiencias y su información para fomentar un mundo con mejores soluciones contra el hambre y a favor de la resiliencia humana.
El acto titulado “Promover las acciones por el clima a través de la agricultura sostenible y los sistemas alimentarios resilientes”, organizado el domingo por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Azerbaiyán, los Emiratos Árabes Unidos, Italia y el Banco Mundial en paralelo a la Asamblea General de las Naciones Unidas, brindó una plataforma para que todos los Estados Miembros presentaran las actuaciones que han puesto en marcha a fin de mejorar sus sistemas agroalimentarios y comentaran sus previsiones sobre lo que se puede lograr en la COP 29, la próxima cumbre internacional sobre el clima, así como en los foros afines.
“La ciencia es clara”, declaró el Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO en su intervención destacada en la mesa redonda. “Las consecuencias son evidentes”.
El Sr. QU recalcó que la crisis climática ya está repercutiendo en la producción y la productividad agrícolas y menoscabando la seguridad alimentaria y los medios de vida rurales, y señaló que la variabilidad del clima y los extremos climáticos son uno de los principales factores tras las tendencias actuales del hambre en el mundo, un flagelo que castiga a más de 730 millones de personas en la actualidad. Más del 40 % de la población mundial es sumamente vulnerable a los efectos de la crisis climática, situación que se correlaciona con niveles más altos de subalimentación. “Debemos garantizar que los sistemas agroalimentarios estén plenamente integrados en los procesos de planificación y las estrategias nacionales en materia de clima y biodiversidad”, añadió el Sr. QU.
Los desafíos son indisociables, como también lo son las soluciones, insistió el Director General, señalando que estas constituyen el núcleo de los planes de acción de la FAO y están contempladas en su Marco estratégico para 2022-2031. El Sr. QU remarcó que, para transformar los sistemas agroalimentarios de modo que sean más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles, hará falta actuar en toda una serie de esferas, desde la ganadería y la recarbonización de los suelos hasta los cambios en el valor de los alimentos acuáticos y el fin de la deforestación.
La mesa redonda, en la que intervinieron altos funcionarios de varios países e instituciones, concluyó con una presentación de las prioridades de la próxima COP 29, que tendrá lugar en noviembre en Azerbaiyán.
El Sr. QU alabó la Iniciativa climática Harmoniya de Bakú para los agricultores, afirmando que “proporciona una plataforma importante desde la que fomentar la colaboración en aras de la acción y la coherencia”. Añadió que la FAO “se complace en acoger esta iniciativa en su Sede”, porque servirá como mecanismo eficaz de información, entre una COP y la siguiente, y porque se ciñe a las prioridades de la FAO, como es el empoderamiento de las mujeres, los agricultores y los jóvenes.
Nuevas fronteras en inteligencia artificial
Para lograr que los sistemas agroalimentarios se transformen de manera óptima y con la máxima equidad, es fundamental que los pequeños agricultores también se beneficien de las posibilidades asombrosas que ofrece la inteligencia artificial (IA).
Los Emiratos Árabes Unidos, que han comprometido una cantidad considerable de recursos para el desarrollo de plataformas de acceso abierto en este espacio, celebraron otro acto paralelo el domingo, dedicado a la “Agricultura en los grandes modelos de lenguaje y la IA para pequeños agricultores”.
El Sr. Máximo Torero, Economista Jefe de la FAO, señaló que la Organización ya ha implantado la inteligencia artificial en varias funciones digitales y vaticinó que será posible obtener aún más resultados positivos si se amplía su uso con las finalidades adecuadas, para beneficiar a todos en lugar de exacerbar las divisiones actuales. La FAO es signataria del Llamamiento de Roma para una ética de la IA desde principios de 2020.
En ese sentido, la accesibilidad de las soluciones de IA de alto rendimiento puede acelerarse, en sectores muy diversos, gracias a los modelos fundacionales, que son grandes redes neuronales de aprendizaje profundo, entrenadas con macroconjuntos de datos, con las que los especialistas diseñan modelos de autoaprendizaje para realizar tareas concretas con mayor rapidez y menos gasto.
La FAO está entusiasmada con los modelos fundacionales para los sistemas agroalimentarios, que pueden servir para trasladar la experiencia técnica de la Organización a modelos de IA que generen bienes y servicios públicos, especialmente para las pequeñas explotaciones familiares, aseguró el Sr. Torero. Sería algo beneficioso para la investigación y los servicios de extensión y consultoría digital, así como para la formulación de políticas, agregó.
El Sr. Torero indicó, asimismo, que será clave en un proyecto de índole colaborativa como este definir las funciones y responsabilidades de los principales actores.
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