Los encuestadores recopilan una amplia gama de estadísticas que ayudan a los responsables de las políticas a tomar decisiones para que la agricultura atienda mejor las necesidades nutricionales y de medios de vida de la población. ©FAO/ Gavin Gosbert y Jerry Mushala
Un hombre está sentado con el cabeza de familia —a menudo otro hombre—, en el distrito de Fujoni, en Zanzíbar, una región insular de la República Unida de Tanzanía. A través de un detallado cuestionario, le hace una serie de preguntas sobre la agricultura y la explotación familiar: qué tipo de cultivos producen, si practican la rotación de cultivos y cuántos productos venden en los mercados locales.
Una vez completada esta sección, se pide amablemente al agricultor que abandone la sala, lo que permite tener privacidad para una segunda entrevista con una mujer adulta de la familia.
Siempre que sea posible, la persona que mantenga esta conversación será una encuestadora, porque preguntará sobre asuntos delicados como la opinión de la mujer sobre las insinuaciones masculinas no deseadas, su libertad a la hora de formar una familia o la influencia que tiene ella en las decisiones de gasto.
También tratarán temas más mundanos —como la variedad de alimentos que ha comido en el último día—, pero incluso esto está ligado a su papel en el hogar y puede verse influido por su nivel general de empoderamiento.
Todo esto forma parte del trabajo diario de los encuestadores. El objetivo general de estas encuestas es recopilar una amplia gama de estadísticas individuales y agrícolas que ayuden a los responsables de las políticas a tomar decisiones más informadas que contribuyan a que la agricultura resuelva mejor las necesidades nutricionales y de medios de vida de la población.
Forman parte de la amplia Iniciativa 50x2030, en la que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se asocia con el Banco Mundial, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y los gobiernos nacionales para enviar estadísticos a las tierras agrícolas de África y Asia con el fin de conocer cómo se materializa la seguridad alimentaria en el plano individual y el vínculo entre las dietas de las mujeres y el empoderamiento.
En la República Unida de Tanzanía, Sierra Leona y Liberia, la FAO, el IFPRI y las oficinas nacionales de estadística han puesto en marcha un nuevo cuestionario sobre el empoderamiento de la mujer y la nutrición. La recopilación de estos datos desglosados por sexo ayudará a los responsables a elaborar mejores políticas para las mujeres de sus países. ©FAO/ Gavin Gosbert y Jerry Mushala
En la República Unida de Tanzanía, así como en Sierra Leona y Liberia, las oficinas nacionales de estadística están poniendo en marcha un nuevo cuestionario sobre el empoderamiento y la nutrición de las mujeres, elaborado de forma conjunta por la FAO en su aspecto nutricional y por el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI) en el referido al empoderamiento.
Las preguntas sobre nutrición presentan a las mujeres una lista de 10 grupos de alimentos diferentes y se les requiere qué tipos de alimentos han comido en el último día. Este parámetro es importante porque comer alimentos variados favorece la buena salud y el bienestar general.
Por supuesto, el emparejamiento entre empoderamiento y nutrición no es mera coincidencia. Los datos preliminares muestran que existe una correlación muy clara entre los grupos de alimentos consumidos por las mujeres en el último día y los niveles de empoderamiento.
Por ejemplo, según los últimos datos recopilados, alimentos como los cereales, las raíces blancas y los tubérculos suelen estar al alcance incluso de las mujeres menos empoderadas de África. En cambio, legumbres, carnes y huevos son consumidos con mayor frecuencia por las mujeres con un nivel elevado de empoderamiento. No es que el empoderamiento garantice una dieta más sana. Hay evidencias claras de que las personas más empoderadas también son más propensas a consumir alimentos altamente procesados, bebidas azucaradas y dulces.
Se pregunta a las mujeres sobre su consumo de alimentos en el último día. Los datos muestran que existe una correlación evidente entre la nutrición y el empoderamiento. ©FAO/ Gavin Gosbert y Jerry Mushala
Importancia de los datos desglosados por sexo
En cuanto a por qué es necesario un módulo que se centre en la vida cotidiana y las perspectivas de cada mujer, en África y en otros continentes, “los gobiernos se esfuerzan por empoderar a las mujeres y comprender mejor los retos a los que se enfrentan, tanto dentro de sus hogares como en la sociedad”, afirma la Sra. Nour Masoud, Directora de Estadística de la Oficina del Estadístico Jefe del Gobierno de la República Unida de Tanzanía.
En opinión de la Sra. Chiara Brunelli, Estadística de la FAO: “no se trata solo de la opción moralmente correcta, sino también de que es un motor fundamental del crecimiento económico, la estabilidad social y la innovación, porque cuando las mujeres tienen acceso a la educación, la atención sanitaria y la igualdad de oportunidades, las sociedades prosperan”.
La importancia de la tarea se desprende con claridad del informe de 2024 de la FAO titulado La situación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios. Su mensaje es que, por un lado, la igualdad de género y un mayor empoderamiento son fundamentales para lograr sistemas agroalimentarios sostenibles, productivos y resilientes. Por otro, la transformación de esos sistemas contribuye también a la igualdad de género y al empoderamiento de las mujeres.
La nutrición es una de las principales preocupaciones de muchas de las mujeres que participaron en la encuesta de Zanzíbar. Este es sin duda el caso de Mtumwa Faki Omari, una ama de casa que hace poco ha dado a luz a su sexto hijo. Mtumwa explica que “los bebés crecen sanos y fuertes cuando son amamantados correctamente, pero es igual de importante que las madres lactantes coman alimentos equilibrados y nutritivos para mantenerse sanas y favorecer el crecimiento de sus bebés”.
Una agricultora de mayor edad, Asha Abdallah, añade: “cuando mis nietos me visitan, me aseguro de que reciban comidas nutritivas. Por la mañana, suelo prepararles gachas calientes a base de frijoles, mijo y otros ingredientes saludables”.
Todavía se están analizando los resultados del módulo obre el empoderamiento y la nutrición de las mujeres, pero lo que ya está claro es que disponer de datos desglosados por sexo puede contribuir en gran medida a configurar políticas que reflejen adecuadamente las realidades, necesidades y potencial de las mujeres.
“Garantiza que no se pasen por alto las necesidades de las mujeres en los programas agrícolas y de nutrición”, asegura la Sra. Masoud.
Por ello, la FAO pretende ampliar el módulo a más países y colaborar estrechamente con los gobiernos para garantizar que mujeres como Mtumwa y Asha no solo sean encuestadas, sino además escuchadas, comprendidas y apoyadas.
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