La República Democrática del Congo tiene una de las cifras más altas de población afectada por niveles elevados de inseguridad alimentaria aguda del mundo. En torno al 80 % de estas personas vive en zonas rurales y depende de la agricultura para alimentarse y mantenerse. Durante decenios, el país se ha enfrentado a una compleja crisis humanitaria, alimentada por los conflictos armados, los desastres naturales y los brotes de enfermedades. La situación se ve agravada por los problemas económicos vinculados a la depreciación de la moneda local y los elevados precios de los alimentos, además de deficiencias estructurales como la pobreza extrema. La asistencia agrícola puede ayudar a los hogares vulnerables a producir sus propios alimentos y a generar ingresos.