Raúl Benítez, ex ADG de FAO en América Latina y el Caribe: "Erradicar el hambre es transformar el mundo"
En esta entrevista, el ex Subdirector General y Representante Regional de FAO para América Latina y el Caribe, Raúl Benítez, recuerda los hitos de su gestión, destaca los desafíos pendientes y reflexiona sobre el sueño compartido de un mundo sin hambre
01/08/2025
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©FAO
Durante su periodo al frente de la FAO en América Latina y el Caribe, entre 2012 y 2016, Raúl Benítez fue testigo y protagonista de importantes avances en la lucha contra el hambre y la transformación de los sistemas agroalimentarios de la región. Desde la adopción de la Agenda 2030 hasta el impulso del Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de la CELAC, Benítez promovió una visión integral donde la inclusión, la sostenibilidad ambiental y la dignidad humana fueran el centro de las políticas públicas. En esta conversación, comparte su experiencia personal, los momentos más significativos de su gestión y su mirada sobre los desafíos que aún persisten.
¿Qué significó para usted haber trabajado en la FAO?
Bueno, trabajar en la FAO es una actividad muy linda para desarrollar por todas las personas. Esto de colaborar para que cada uno de los habitantes de nuestro planeta o de nuestro país o de nuestra ciudad pueda tener un plato de comida sobre la mesa es algo que no tiene precio. Es una satisfacción muy grande trabajar ahí.
¿Hay alguna situación o historia que recuerde o que haya sido importante para usted?
Sí, claro. Hubo muchos hitos a lo largo del periodo de trabajo. Quizás el más importante es cuando la CELAC, que es la Comunidad de Países Latinoamericanos y Caribeños, puso en la mesa, puso como tema de trabajo un plan de acción para eliminar el hambre en América Latina y el Caribe. La CELAC solicitó a la FAO, también a CEPAL, y a otros organismos, que trabajáramos en un plan conjunto para poder erradicar el hambre en la región. Eso, sin duda, fue uno de los hitos más importantes de un periodo concreto de trabajo en la FAO, en toda la región.
¿Cuáles considera que fueron los mayores desafíos en la región de América Latina y el Caribe en términos de alimentación y agricultura durante su periodo en la FAO?
Yo rescataría, o tendría que mencionar tres aspectos muy importantes que aún hoy siguen vigentes y creo que tendremos que poner todavía más énfasis. Uno es la erradicación del hambre. Erradicar el hambre no es que haya un número menor de personas que no pasa hambre, es directamente ir a un mundo distinto. Que todas las personas tengan una adecuada alimentación implica darles una oportunidad que ahora no tienen.
El segundo tema que es muy importante tiene que ver con el cuidado del medio ambiente. Hoy por hoy, nuestros sistemas de producción y de consumo están atentando contra el medio ambiente. Tenemos que pensar en que tenemos que dejar un mundo mejor para adelante y a este ritmo no vamos a tener un mundo para adelante, o un mundo para los homos sapiens al menos. Entonces el tema del medio ambiente es otro de los temas relevantes que debemos tener en cuenta.
Y el tercer tema tiene que ver con la inclusión de los sectores productivos. No tenemos una sola forma de producir, tenemos distintas formas de producir alimentos y algunas son de grandes capitales o capital intensivo, y en otras tenemos por ejemplo la agricultura familiar que permite la inclusión de un conjunto de personas que hoy están viviendo en el sector rural, pero incorporarlos a un esquema social y productivo que sea sostenible e inclusivo. Este es otro de los aspectos relevantes que tenemos que considerar.
En septiembre de 2015 Naciones Unidas anunció la adopción de la Agenda 2030 donde la agricultura y la alimentación se pusieron en el centro de los 17 objetivos de desarrollo sostenible, partiendo por el ODS-1 sobre erradicación de la pobreza y el ODS 2 sobre poner fin al hambre. ¿Cómo evalúa esos primeros años de trabajo de la FAO en esta tarea?
Sin duda muy interesante porque era un paso más para erradicar el hambre en la región. Los objetivos de desarrollo del milenio eran reducir a la mitad (el hambre) y ahora estábamos hablando de erradicar el hambre en América Latina y el Caribe, en todo el mundo en realidad, entonces había que prepararse, había que preparar los planes nacionales para llegar a cumplir ese objetivo, al vencimiento de los objetivos de desarrollo sostenible. Esto es un tema dinámico donde hay que estar lidiando constantemente con los vaivenes políticos que enfrenta la región, pero es un tema que siempre hay que tenerlo presente y siempre hay que empujar para lograr estos objetivos.
¿Y cómo fue desde su punto de vista ese momento, en septiembre de 2015, que usted estaba a cargo como representante de la región?
Sin duda fue un momento de alegría muy lindo que el conjunto de países adoptara nuevamente y ya redoblara la apuesta con los objetivos de desarrollo sostenible, que ya no era disminuir el hambre en la región, sino directamente erradicarla. Fue, sin duda, uno de los momentos más lindos que pudimos experimentar, yo personalmente, pero también con todo el equipo de trabajo que me acompañaba, que era un equipo maravilloso, pero ahí era una alegría inmensa ver que podíamos cristalizar nuestro sueño de tener un mundo sin hambre. Entonces, trabajar en pos de ese sueño siempre fue muy lindo.