Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe

Cultivo de macroalgas en América Latina y el Caribe creció un 66 % en la última década

Un nuevo informe de la FAO, resultado de un taller regional especializado, analiza de forma integral los aspectos de gobernanza, medioambientales, sociales y económicas del sector en la región.

©FAO

06/08/2025, Santiago

El cultivo de macroalgas se presenta como una alternativa de baja emisión de carbono para la producción de alimentos nutritivos y el fortalecimiento de los medios de vida rurales, según destacaron expertos internacionales durante un taller regional celebrado en Puerto Varas, Chile.

Las conclusiones del encuentro, recogidas en un nuevo informe técnico y una nota de política, promueven el cultivo de macroalgas como un motor clave del desarrollo sostenible en las comunidades marino-costeras y en las economías azules de América Latina, en línea con las nuevas Directrices para la acuicultura sostenible de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Los expertos destacaron el valor nutricional de las algas marinas, especialmente por su alto contenido de yodo y otros micronutrientes esenciales. Asimismo, subrayaron la necesidad urgente de establecer marcos regulatorios más claros, eficientes y coordinados que permitan un desarrollo armónico del sector en toda la región.

"También se discutieron los riesgos y las amenazas a la bioseguridad, los impactos del cambio climático y la contaminación. Afrontar estos desafíos exigirá sistemas de monitoreo, investigación continua y planes de gestión adaptativos, adecuados a las características específicas de cada región y ecosistema", afirmó Alessandro Lovatelli, Oficial de Acuicultura de la FAO.

Un sector con un gran potencial aún desaprovechado

Aunque existen experiencias exitosas en países como el Brasil, Chile y la República Bolivariana de Venezuela, la mayoría de las iniciativas de cultivo de macroalgas en América Latina siguen siendo de pequeña escala o se encuentran en etapas tempranas de desarrollo.

Entre 2013 y 2023, el cultivo de macroalgas en América Latina y el Caribe creció un 66 %, alcanzando las 22 125 toneladas en 2023, según datos de la FAO.

El Brasil, Chile y la República Bolivariana de Venezuela dominan la producción, con más del 90 % del total regional, y con Gracilaria spp. y Kappaphycus alvarezii como las especies más cultivadas.

La mayoría de los países en la región tienen un potencial para el cultivo de macroalgas que aún está infrautilizado o sin desarrollar. La diversificación de especies y el apoyo a productores emergentes podrían generar beneficios económicos y ambientales significativos. Para lograrlo, se requieren inversiones estratégicas y una colaboración regional más sólida que fortalezca la resiliencia del sector, amplíen el acceso a los mercados y permitan aprovechar plenamente el potencial del cultivo de macroalgas en América Latina y el Caribe.

Para impulsar el crecimiento del sector, los participantes del taller coincidieron en la necesidad de reforzar la investigación y el desarrollo tecnológico a lo largo de toda la cadena de valor, desde la selección de especies hasta el procesamiento poscosecha.

“Esto incluye el uso de inteligencia artificial y biotecnología para optimizar la eficiencia, mejorar la trazabilidad y reforzar la sostenibilidad de los cultivos”, afirmó José Aguilar-Manjarrez, Oficial de Acuicultura de la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe.

También se recomendó fomentar la acuicultura multitrófica integrada y los modelos de acuicultura restaurativa, que no solo incrementan la rentabilidad, sino que también aportan beneficios ambientales.

Asimismo, los participantes del taller destacaron que los enfoques comunitarios son un pilar fundamental para garantizar la sostenibilidad social del sector.

“El cultivo de macroalgas ofrece importantes oportunidades para mejorar la calidad de vida, especialmente de mujeres y jóvenes, históricamente subrepresentados en otras formas de acuicultura”, señaló Marcela Ávila, del Centro de Investigación Aplicada de Pesca y Acuicultura de la Facultad de Recursos Naturales y Medicina Veterinaria de la Universidad Santo Tomás de Chile.

“Para que las comunidades costeras puedan participar y se beneficien de esta actividad, es necesario empoderarlas mediante el desarrollo de capacidades técnicas, la capacitación en modelos de negocio inclusivos y la transferencia de tecnología”, añadió.

Recomendaciones transversales

Los expertos instaron a la FAO a apoyar la creación de una plataforma internacional sobre algas marinas, proporcionar asistencia técnica especializada, facilitar el intercambio de experiencias entre países y generar información práctica adaptada a las necesidades de comunidades productoras.

También hicieron un llamado a los gobiernos para fortalecer los marcos regulatorios, aumentar la inversión en investigación e innovación, e implementar programas integrales de capacitación para acuicultores.

En cuanto al sector privado, tanto artesanal como empresarial, se recomendó incorporar los conocimientos locales, diversificar la oferta de productos y promover activamente la equidad y la inclusión en todas las etapas del desarrollo del sector.

Asimismo, los participantes también destacaron la importancia de garantizar que los beneficios lleguen directamente a las comunidades costeras, mediante la diversificación de especies y productos, el acceso a mercados estratégicos y la creación de oportunidades de empleo digno.

En conjunto, estas recomendaciones conforman una hoja de ruta estratégica para transformar el cultivo de algas marinas en un motor clave del desarrollo sostenible en América Latina.

Sobre el taller

El taller regional sobre cultivo de algas marinas se llevó a cabo del 24 al 26 de junio de 2024 y contó con la participación de 27 expertos de la Argentina, el Brasil, Chile, el Ecuador, México, el Perú y la República Bolivariana de Venezuela.

El evento fue organizado por la División de Pesca y Acuicultura de la FAO y la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, en colaboración con el Instituto de Acuicultura y Medio Ambiente de la Universidad Austral de Chile.

Acerca de las Directrices para la acuicultura sostenible

Las Directrices para la acuicultura sostenible fueron elaboradas por consenso entre la FAO y sus Miembros. Recogen un conjunto de principios, prácticas y recomendaciones compartidos y consensuados que todos los países y las partes interesadas pueden adoptar para garantizar que sus sectores acuícolas contribuyan a la seguridad alimentaria y nutricional, la equidad en los medios de vida, la restauración de los ecosistemas y la resiliencia frente al cambio climático.

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Martina Salvo Consultora de apoyo en contenido Mejor Producción [email protected]