FAO y la cooperación alemana impulsan iniciativa regional para la protección de insectos polinizadores en América Latina y el Caribe

La polinización es un proceso esencial para la producción de alimentos y para el mantenimiento de la biodiversidad terrestre. Sin embargo, se ha evidenciado que diversas especies polinizadoras han disminuido en múltiples regiones del mundo. Se estima que en América Latina ha habido en promedio una pérdida anual de entre 30% y 40% de colonias de abejas melíferas y abejas sin aguijón. Esta disminución constituye una amenaza directa para la seguridad alimentaria y los medios de vida de millones de pequeños productores.

Para afrontar este desafío, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) -en el marco de la Iniciativa Internacional sobre Polinizadores-, junto con la cooperación alemana para el desarrollo, implementada por la GIZ, a través del proyecto “Protección de insectos polinizadores en América Latina y el Caribe (Poli-LAC)”, por encargo de la Iniciativa Internacional del Clima del Gobierno Federal de Alemania, reunieron durante esta semana a 50 representantes de Brasil, Costa Rica, Perú, México, Guatemala y Paraguay, para avanzar en la creación de capacidades y en el intercambio de conocimiento.

“Para la FAO, la realización de este taller en Perú es estratégico dado el papel central que desempeña la conservación de los polinizadores en la agricultura familiar y en la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios. El encuentro ha permitido resaltar la relevancia del tema y contribuir a fortalecer acciones de capacitación que garanticen sistemas productivos más resilientes”, expresó Melissa Marín, especialista en sostenibilidad y diversidad animal de la oficina regional de la FAO para América Latina y el Caribe.

El taller buscó fortalecer las capacidades de formadores clave de los países involucrados, brindándoles herramientas y conocimientos sobre prácticas agrícolas amigables con los polinizadores. Contó con la participación de expertos, técnicos y tomadores de decisión, contribuyendo así al fortalecimiento de la evidencia necesaria para diseñar políticas que promuevan la protección de los polinizadores en la región.

“Hemos avanzado en identificar recursos para el fortalecimiento de capacidades, y avanzamos en planificar la elaboración de primeros productos como los planes de réplica e identificar aliados claves, grupos de meta específicos y centros de excelencia”, expresó Andreas Gettkant, director del proyecto regional Poli-LAC.

El objetivo principal fue promover el intercambio de experiencias entre países y sectores, abriendo un espacio de discusión sobre metodologías de aprendizaje y sobre la estructura de una capacitación para formadores (Training of Trainers, en inglés).

Este ejercicio regional permitirá contar con una propuesta metodológica común para capacitar a los actores relacionados con polinizadores sobre la implementación de prácticas amigables con los polinizadores.