Bosques y alimentos: una misma agenda con miras a la COP30
Por Juan Ferrando, Oficial Forestal de FAO para América Latina y el Caribe
02/09/2025
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©FAO/Fernando Reyes Pantoja
En noviembre de 2025, cuando el mundo vuelva a reunirse en la COP30 en Brasil, el tema de los bosques estará inevitablemente en el centro de la conversación. Y no es casualidad. Hablamos de ecosistemas que no solo almacenan carbono y mitigan el cambio climático, sino que también están directamente ligados a algo tan básico y urgente como la seguridad alimentaria.
Los bosques son despensas naturales y aliados invisibles de nuestras mesas. Proveen alimentos, combustibles, ingresos y empleo; pero además sostienen procesos vitales que rara vez aparecen en los titulares: fertilizan los suelos, regulan el agua, protegen a los polinizadores y mantienen viva la biodiversidad de la cual dependen nuestros cultivos. Sin ellos, el futuro de la alimentación global sería simplemente inviable.
En América Latina y el Caribe, esta discusión cobra un peso particular. La región concentra algunos de los bosques más extensos y biodiversos del planeta, pero también enfrenta tasas de deforestación que, aunque en descenso, siguen siendo alarmantes. Datos de la FAO advierten que pasamos de perder 5.5 millones de hectáreas anuales en los años noventa a 2.7 millones en el período 2015-2020. Una mejora, sí, pero aún insuficiente frente a la magnitud de la crisis climática.
La buena noticia es que existen rutas probadas de acción.
La FAO trabaja junto a los países de la región para integrar el manejo forestal sostenible, impulsar políticas nacionales de restauración de paisajes, promover la biodiversidad, entre otras áreas de trabajo.
La evidencia es clara: donde se reconocen los derechos colectivos sobre la tierra de pueblos indígenas y comunidades tribales, la deforestación desciende de manera significativa. Garantizar esa seguridad de tenencia no es solo un acto de justicia, es también una estrategia ambiental eficiente y económica.
En este contexto, la XXXIV Reunión de la Comisión Forestal para América Latina y el Caribe (COFLAC) adquiere un rol muy importante. Las discusiones sobre la gobernanza forestal, financiamiento sostenible, restauración de bosques y bioeconomía no son meramente técnicas: son la columna vertebral para lograr que los compromisos climáticos y de seguridad alimentaria se traduzcan en acciones concretas sobre el terreno.
Además, estas discusiones contribuirán a la agenda de trabajo de la 39 Conferencia Regional para América Latina y el Caribe (LARC39), que se realizará en Brasil el 2026.
De cara a la COP30, el llamado es a mirar los bosques no solo como pulmones del planeta, sino como mesas tendidas de futuro. Protegerlos significa garantizar agua limpia, suelos fértiles, polinizadores sanos y alimentos para millones de personas.
En definitiva, un sistema agroalimentario sostenible pasa necesariamente por mantener en pie nuestros bosques, porque sin ellos, no hay alimentos.