Las actividades relacionadas con la producción de animales  a pequeña escala )pollos, conejos, cerdos, ganado, entre otras), está vinculada a la agricultura familiar y de subsistencia, como alternativa proteica para las comunidades, en un escenario donde, además, deben adaptarse al cambio climático y a las crisis.
Así, la actividad ganadera sostenible contribuye de forma importante a la nutrición, a la seguridad alimentaria y a los medios de vida.

Los sistemas ganaderos son clave para la economía de América Latina y el Caribe (ALC). La ganadería pastoril sostenible, en zonas con pastos naturales, es fundamental para el equilibrio biológico y su capacidad de proveer bienes y servicios ambientales al ser humano, con el pastoreo de los grandes animales herbívoros. Esto genera importantes oportunidades para la conservación de la biodiversidad y de los recursos naturales y para la producción sostenible en zonas de gran tradición ganadera.

El énfasis que las actividades ganaderas sostenibles ponen a la salud del suelo, al aumento de la captura de carbono y a la materia orgánica que generan, incide positivamente en la salud ambiental, la seguridad económica de los agricultores y la salud nutricional de los consumidores.

Asimismo, la ganadería sostenible puede contribuir a revertir la degradación ambiental y a mitigar el cambio climático.

América Latina y el Caribe aporta el 28 por ciento del hato ganadero mundial de carne de vacuno y producción de leche. Además, concentra el 44 por ciento de las exportaciones globales de carne de res y el 42 por ciento de pollo, cumpliendo un rol fundamental en la seguridad alimentaria y nutricional del planeta.

La mayoría son agricultores a pequeña escala y familias que producen una cantidad mínima de excedentes para la comercialización, siendo esta la única o su principal fuente de ingresos.

Trabajo de la FAO

Desde la FAO impulsamos iniciativas de producción ganadera baja en emisiones y responsables con el medio ambiente, la cual llamamos ganadería sostenible y regenerativa. Los avances en nutrición y sanidad animal o la incorporación de la biotecnología, entre muchos otros, son algunos ejemplos del camino a transitar.

La FAO apoya a los países en la implementación de acciones en el sector ganadero, obteniendo resultados alentadores y evidenciando que, la actividad ganadera puede contribuir con soluciones integrales a enfrentar el cambio climático, la inseguridad alimentaria o la degradación de los ecosistemas.

Siguiendo el mandato de la Secretaría Técnica de la Comisión de Ganadería para América Latina y el Caribe (CODEGALAC), ofrecemos asistencia técnica a los países para la ejecución de acciones, a partir del nuevo marco estratégico y las prioridades para el trabajo a nivel regional.

En el mes de julio de 2023 se realizó la XVI versión de la reunión de la CODEGALAC, con la participación de representantes de 20 países de América Latina y el Caribe, logrando importantes definiciones en materia de producción ganadera sostenible y regenerativa, mecanismos de certificación, así como también sobre el rol y desafíos de los pequeños productores.

Además, en los últimos años, se registran 33 proyectos vinculados a la sostenibilidad de la ganadería en América Latina y el Caribe, con apoyo de la FAO. Muchos de ellos han evidenciado que prácticas amigables con el medio ambiente, como el cuidado de las pasturas, el manejo de residuos y de desechos, permiten aumentar la rentabilidad y la producción, y al mismo tiempo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Ejemplos en países

El Proyecto Ganadería y Clima en Uruguay muestra que, a través de un mejor manejo de los pastizales, complementado con prácticas de manejo del hato y enfoques innovadores de asistencia técnica, es posible alcanzar resultados beneficiosos para los productores, sus familias y el ambiente. Datos del primer año de implementación del proyecto (2020 a 2021), indican que los productores participantes en 61 fincas piloto están transformando 35.000 hectáreas de pastizales. Gracias al proyecto, la productividad de carne vacuna aumentó en aproximadamente un 6%, el costo de producción disminuyó en un 6% por hectárea, la tasa de carga animal se redujo en un 7 por ciento, los ingresos de los productores aumentaron en un 12 por ciento y las emisiones por unidad de producto animal disminuyeron un 27 por ciento.

En Ecuador, entre los años 2016 y 2020, el Ministerio de Agricultura y Ganadería y el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica, con el apoyo de la FAO y financiado por el Fondo para el Medioambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), implementaron el Proyecto ¨Ganadería Climáticamente Inteligente¨ que demostró ser efectivo para aumentar la productividad, al tiempo que reducía las emisiones de GEI y/o aumentaba los sumideros de carbono y adaptaba el sistema social y ecológico a los efectos del cambio climático. Se implementó en siete provincias mediante 165 granjas piloto con prácticas replicadas en aproximadamente mil granjas ganaderas durante cuatro años. El proyecto benefició a más de 40.000 hectáreas y los resultados mostraron el aumento de los ingresos de los ganaderos en 15 por ciento, y la productividad en 12 por ciento. El proyecto probó las tasas de adopción de la tecnología y alcanzó intensidades de emisión promedio de 43 por ciento menos para leche y 20 por ciento menos para carne de res, aproximadamente, en relación al promedio nacional.

Desde diciembre de 2018 el gobierno de República Dominicana, con asistencia técnica de la FAO, implementó el proyecto “Promoviendo la Gestión Ganadera Climáticamente Inteligente en la República Dominicana”, con el objetivo de contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero mediante  buenas prácticas ganaderas con enfoque de género para mejorar la productividad y la rentabilidad y, al mismo tiempo, revertir la degradación de la tierra y la vulnerabilidad económica de los productores y productoras familiares de comunidades rurales. Algunos resultados: se ha conseguido aumentar la producción de leche en dos años en un 117 por ciento y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 19 por ciento. Además de lograr un aumento en la disponibilidad de pastos y forrajes, mayor cobertura vegetal en la finca y por consiguiente una mayor captación de carbono.

La ganadería puede ser parte de la solución a los desafíos climáticos. La investigación, adopción de prácticas innovadoras y el escalamiento de experiencias probadas, junto a los recursos necesarios, pueden permitir alcanzar impactos significativos.

La producción pecuaria familiar juega un rol preponderante para dar solución al problema del hambre en la región. La pequeña producción pecuaria puede generar una parte importante de los alimentos necesarios para el mercado interno de los países de América Latina y el Caribe, mejorando la seguridad alimentaria y la nutricional, y por ende contribuyendo significativamente al desarrollo nacional.

La producción pecuaria familiar o de traspatio contribuye al crecimiento del producto interno bruto, en algunos casos ayuda a dinamizar las exportaciones de productos pecuarios, genera empleos, además de ser fuente que proporciona nutrientes para el consumo y es factor clave en la lucha contra la inseguridad alimentaria y el desarrollo rural sustentable.

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